jueves, 5 de octubre de 2017

HISTORIA DE LA TELEVISIÓN VI



El Instituto de la Opinión Pública realiza una encuesta en 1964 y se comprueba el éxito de la implantación de la televisión en los hogares españoles, pero también como su contemplación ha trastocado el ocio del país, sobre todo por la noche, ya que las miradas confluyen hacía el aparato.
En el orden interno, TVE ha experimentado una profunda transformación: las plantillas de trabajadores se han multiplicado en un porcentaje muy superior a las horas de emisión, hay una especialización y unos medios técnicos mejores, se dispone de tres unidades móviles y nuevos equipos de videotape. En esta época, TVE llega a Canarias, aunque, durante años, irá con un día de retraso.
Ya no se cabe en el Paseo de la Habana 77, ni en los alquilados estudios de Sevilla Films, por lo que se construye un nuevo edificio en Prado del Rey. En un espacio de 7 has. Se construye un complejo con 9 estudios (frente a los dos de Paseo de la Habana) con una extensión de 3.046 m2, de los cuáles 1.200 pertenecen al mayor estudio de televisión de Europa (al menos, eso decía la propaganda oficial), también dispone de insonorización y refrigeración. Se construye un centro de producción de programas de 1.000 m2; 1.200 tienen las dependencias y servicios complementarios; 1.774 las oficinas; 1.378 los talleres de decorados... Se trata de una obra importante que tiene su inauguración el 18 de julio de 1964. Será inaugurado por Franco, al que acompañaba, como nuevo director general, José Aparicio Bernal, ya que a Roque Pro no se le ha permitido continuar hasta esta fecha tan señera.
Jesús Aparicio Bernal, director general de RTVE, forma un equipo de cerebros que propician el despegue de TVE; nombra como su segundo a Luís Ezquerra, persona que va a ser insustituible durante 20 años. También entra Juan José Rosón, que ocupa el puesto de secretario, aunque en noviembre ascendiendo a director de TVE, y para su puesto se nombra a Adolfo Suárez, al cuál protege el secretario general del movimiento, Herrero Tejedor.
En la temporada 64/65 aparece el programa “Reina por un día”, importado de la televisión norteamericana. En el mismo se hacen realidad los sueños de cualquier ama de casa anónima. Es presentado por José Luís Barcelona, pero la estrella es su compañero Mario Cabré.
En octubre del 64 pueden verse los Juegos Olímpicos de Tokio, siendo el primer programa transmitido a Europa por los satélites Relay y Syncom.
En esta temporada la programación se inicia, de lunes a viernes, a las 13 horas para terminar después de las doce de la noche, con una interrupción de 17 a 19 horas; los fines de semana se comienza a las 9 y sigue, sin interrupción, hasta la una de la madrugada. En total son 75 horas semanales. Todo ello acarrea la necesidad de más espacios que, en parte, se cubre con telefilms foráneos, pero paralelamente también entran producciones propias.
Aparece “Teatro para jóvenes”, en el que debuta una joven Silvia Tortosa y un grupo de mimos que se presenta como “Els Joglars”; se hacen obras de autores malditos para el Régimen, como Federico García Lorca; se presenta un musical dedicado al jazz. Sin embargo, los informativos es otro cantar, ya que todo sigue igual. Continúan los grandes periodistas como Victoriano Fernández Asís, que ahora dirige “Foro TV”, realizado por Pilar Miró, que también se en carga de “Revista de mujer”. Nace “A toda plana”, un gran programa de reportajes, algunos realizados por Alberto Oliveras, Manuel Martín Ferrand o un joven Miguel de la Quadra Salcedo. Al mismo tiempo que triunfa “A toda plana” aparece un concursos denominado “La unión hace la fuerza”, jugándose por medio de una representación provincial, comenzando a presentarlo Alberto Oliveras y con Mario Beut, teniendo poca aceptación; el que si tuvo aceptación y duración en el tiempo fue “Cesta y Puntos”, una idea de Daniel Vindell, que se encargaría de presentar el mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario