En la temporada 64/65, Raúl
Matas presenta “Media hora con...”; en la UHF es Joaquín Soler Serrano el que
presenta “Aquí el segundo programa”. Pero el gran programa musical del 66 va a
ser “Tele-ritmo”, de José María Quero. Es un espacio novedoso que incorpora,
además de los intérpretes populares del momento, otros como Aute, Manolo Díaz,
Mari Trini, Miguel Ríos o Los Pasos, que después se convertirían en figuras de
la música.
Para este mismo público va
dirigido “Último grito” en la UHF, al que aupa un joven José Mª Íñigo,
acompañado de Judy Stephen.
Como hemos mencionado antes,
en 1968 aparece “Galas del sábado”, que va a contar, como presentadores a
Joaquín Prat y Laura Valenzuela. El programa es recibido con agrado durante
varias temporadas.
Un estilo muy distinto tiene
“Música 3”, en el que se va difundir la música de Aute, Manolo Díaz, Joaquín
Díaz... José Mª Quero, después de “Tele-ritmo” se encarga de “Grandes
estrellas”, que tendrá una breve duración, teniendo continuidad en “Al compás
de las estrellas”.
En los musicales irrumpe en
1969 un rumano llamado Valerio Lazarov, que revoluciona la realización de los
musicales, primero con “Burbujas” y después con “Especial pop”, con el uso
desmesurado del zoom, lo que le provoca aplausos y odios.
La noche del sábado sigue
siendo una obsesión para los responsables de Prado del Rey, que van fracasando
continuamente con “Pasaporte a Dublín” o “Canción 71”, siendo “Divertido siglo”
el fiasco total. Se intenta recuperar con “Señoras y señores”, pero la noche de
los sábados parece gafada para los musicales, cediendo el puesto a
“Directísimo”, un programa de variedades con algunos números musicales.
Tras la muerte de Franco se
intenta la vuelta del musical los sábados noche con “Palmarés”, presentado
primero por Bárabara Rey y después por Pilar Velázquez. Mejor aceptación tiene
“La hora de...”, espacio que se centra en una sola figura de la canción cada
semana.
Continuan apareciendo
programas musicales con poca fortuna: “Música y estrellas”, “Voces a 45”, “Con
otro acento”, “Flamenco”, “Yo canto”, “Musiqueando” o “Cantando se hace
camino”.
Al final de la década de los
70, aparecen algunos programa de éxito, como el “Fantástico” de Íñigo o el
“Sumarísimo” de Lazarov; o los dedicados a una figura de la canción, como
“Canciones de una vida” o “Retrato en vivo”, pero el único musical que se
afianza durante varias temporadas es “Aplauso”, al frente del cuál está José
Luís Uribarri y por el que desfilan muchos presrntadores como Silvia Tortosa,
Isabel Borondo o José Luís Fradejas.
Con la llegada de los 80, la
presencia de los intereses discográficos a TVE es una realidad. Un ingrediente
novedoso es la inclusión de video clips y así los distintos programas se ven
abocados al enlatado como única fórmula fiable.
Con Pilar Miró se mantienen los programas y fórmulas
de la etapa anterior en lo que a programas musicales se refiere, aunque hay
espacios que intentan ofrecer algo más, como “Qué noche la de aquel año”, presentado por Miguel Ríos. En
un último intento de ofrecer programas de variedades los sábados noche, el
mismo vuelve a fallar con el poco original título “Sábado noche”.
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